“Acciones, ETFs y Futuros: ¿Cuál es el rey de las inversiones?”
- academygenesys
- 3 jun
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¿Qué son los Futuros, las Acciones y los ETFs?
Los futuros son contratos financieros derivados en los que dos partes acuerdan hoy intercambiar un activo (como materias primas, índices o divisas) en una fecha futura a un precio fijado de antemano. En otras palabras, es “un contrato por el que se acuerda el intercambio de determinado activo… en una fecha futura predeterminada, a un precio convenido de antemano” . Por ejemplo, un agricultor puede pactar hoy vender su cosecha de maíz dentro de seis meses al precio actual; si el maíz baja de precio cuando llegue el momento, él gana, y si sube, a cambio obtiene seguridad de precios.
Una acción es la menor fracción de propiedad de una empresa que un inversor puede comprar . Adquirir una acción equivale a comprar un “pedacito” de la compañía: si la empresa crece y gana más, tu pedazo vale más (y puede que recibas dividendos), y si la empresa pierde valor, el precio de tu acción baja. Es como ser copropietario de un negocio (por ejemplo, si compras acciones de una pizzería, te conviene que venda muchas pizzas cada mes).
Un ETF (del inglés Exchange-Traded Fund, o fondo cotizado) es un fondo de inversión que se negocia en bolsa como si fuera una acción . Un ETF agrupa en un solo “producto” una colección de activos (acciones, bonos, materias primas, etc.), generalmente siguiendo un índice de referencia (como el S&P 500 o un índice sectorial). Al comprar un ETF, estás comprando una pequeña porción de todas las inversiones del fondo. Esto ofrece diversificación inmediata: por ejemplo, un ETF que sigue el índice mundial MSCI World invierte en unas 1.700 empresas de todo el mundo . En resumen, los ETFs combinan las ventajas de las acciones (se compran y venden en tiempo real) con la diversificación propia de los fondos, permitiendo invertir de forma sencilla en múltiples activos simultáneamente .
Breve historia y orígenes
• Futuros: Surgieron hace siglos a raíz del comercio agrícola. Los primeros mercados organizados de futuros aparecieron en el siglo XIX, cuando productores y compradores de granos necesitaban fijar precios ante fluctuaciones estacionales . Por ejemplo, en 1848 se creó la Bolsa de Comercio de Chicago (Chicago Board of Trade), que se volvió el mercado de granos más importante de EE.UU.; gracias a ello los granjeros pudieron vender sus cultivos y fijar precios antes de la cosecha . En el fondo, los futuros nacieron para cobertura de riesgos agrícolas: los agricultores querían protegerse de caídas de precios por exceso de oferta, y los compradores (panaderías, fábricas) se aseguraban compra a precios estables. Con el tiempo, el uso de futuros se extendió a metales, energía, divisas e incluso índices bursátiles.
• Acciones: La idea de compartir la propiedad de un negocio es muy antigua (hay registros de “participaciones” en Mesopotamia hace 2.500 años), pero la primera bolsa formal fue la de Ámsterdam en el siglo XVII. Allí se comerciaban acciones de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC), una multinacional entonces muy poderosa . La Bolsa de Ámsterdam fue el primer mercado de valores del mundo, permitiendo comprar y vender acciones de las primeras sociedades anónimas. A partir de entonces este modelo se exportó (Londres, Nueva York, etc.) y las acciones se convirtieron en la base de la financiación empresarial: las compañías pueden salir a bolsa para captar capital, y los inversores comunes pueden participar de sus ganancias.
• ETFs: Son relativamente modernos. El primer ETF mundial se lanzó en 1990 en Canadá (seguía un índice de la bolsa de Toronto), y en 1993 apareció el primer ETF de EE.UU.: el SPDR S&P 500 (ticker SPY), creado por State Street . Desde entonces los ETFs han crecido explosivamente. El SPY, por ejemplo, sigue siendo el mayor ETF del mundo (¡miles de millones de dólares en activos!) . En la década de 2000 empezaron a cotizar los primeros ETFs europeos (Londres, Frankfurt) y hasta el año 2002 apareció el primer ETF en México. Hoy existen ETFs de todo tipo (acciones, bonos, sectores, países, materias primas e incluso criptomonedas), operando en las principales bolsas de casi todos los continentes .
¿Quiénes operan cada instrumento y por qué?
• Futuros: Tradicionalmente los usuarios de futuros se dividen en coberturistas (hedgers) y especuladores . Los coberturistas son empresas o productores (ej. granjeros, refinerías, empresas exportadoras) que buscan cubrirse contra la volatilidad de precios. Por ejemplo, un agricultor vende futuros de trigo para fijar hoy el precio al que venderá su cosecha dentro de unos meses, protegiéndose si el precio baja . En cambio, los especuladores (brokers y traders) toman posiciones en futuros esperando ganar con los movimientos de precio; su liquidez permite que los coberturistas entren y salgan fácilmente del mercado . Los especuladores pueden ser operadores profesionales de jornada completa o inversores ocasionales, pero en ambos casos “aceptan el riesgo” de precio con tal de obtener potencial ganancia . En síntesis: futuros suelen usarlos empresas (hedgers) y traders profesionales, no tanto el inversor promedio sin experiencia.
• Acciones: Las acciones atraen tanto a inversores institucionales (fondos de inversión, pensiones, aseguradoras, etc.) como a inversores minoristas (personas). Los institucionales dominan por volumen (invierten grandes sumas), pero el interés minorista ha crecido (hoy hay plataformas que facilitan el acceso a la bolsa a cualquier persona). Por ejemplo, en España los individuos representaban solo el ~17% del valor total negociado en Bolsa el año 2022 , mientras que el resto lo manejan fondos y bancos. Aun así, el inversor común participa vía fondos mutuos, planes de jubilación o comprando directamente acciones. En general, cualquier persona puede comprar acciones, pero las instituciones son las que “tiran del carro” por montos.
• ETFs: Los ETFs son populares tanto entre minoristas como institucionales por su sencillez. Muchos inversores nuevos los prefieren porque ofrecen diversificación inmediata con poco conocimiento técnico . Al mismo tiempo, asesores y fondos usan ETFs para construir carteras eficientes. En resumen, los ETFs atraen inversores de perfil variado: desde quien empieza (le gusta la idea de “comprar un producto que ya incluye a cientos de empresas” ) hasta quien quiere acceder fácilmente a sectores o mercados globales sin elegir acciones individuales.
¿Cuál rinde más y cuál se usa más?
No hay una respuesta única sobre rentabilidad, pues depende del contexto. A grandes rasgos, las acciones e índices bursátiles ofrecen retornos sólidos a largo plazo: por ejemplo, índices de referencia han subido en promedio alrededor de 7–10% anual (datos históricos del S&P 500). Los ETFs replican estos índices, por lo que, al invertir en un ETF amplio, tu rentabilidad será similar a la del índice subyacente. Las acciones individuales pueden ofrecer ganancias mayores si aciertas (y también pérdidas totales si la empresa quiebra). Por su parte, los futuros permiten apalancamiento: en un futuro sobre índices o materias primas, con un pequeño depósito podrías controlar grandes posiciones. Esto significa que teóricamente se pueden obtener ganancias porcentuales muy altas con futuros, pero también las pérdidas pueden ser enormes. Como explica Finhabits, las acciones “tienen mayor potencial de ganancias” pero también más volatilidad, mientras que los ETFs ofrecen “rentabilidad moderada, pero menor riesgo debido a la diversificación” . En otras palabras, un contrato futuro te puede multiplicar las ganancias si aciertas la tendencia, pero conlleva muchísimo riesgo adicional.
En cuanto a uso o popularidad, las acciones bursátiles siguen siendo el activo más grande del mundo. Por ejemplo, la Bolsa de Nueva York sola vale alrededor de $51 billones (trillones cortos) y representa el 60.5% del valor de mercado de todas las bolsas mundiales . El mercado global de acciones (suma de todas las bolsas) excede fácilmente los $80 billones. Los ETFs, aunque también enormes, son menores: a febrero de 2025 había unos $15.5 billones invertidos globalmente en ETFs . Sin embargo, su crecimiento ha sido vertiginoso; en 2024 el mercado de ETFs recibió récord de flujos de capital. Así que, en volumen acciones (y su gestión activa) dominan hoy, mientras los ETFs han ganado enorme popularidad y activos bajo gestión en la última década. Por último, los futuros no se miden en “capitalización” igual que acciones, pero son muy usados en mercados de commodities e índices. En términos de negociación diaria, existe muchísimo trading de futuros (especialmente índices como S&P o Euro Stoxx), pero esto se debe mayormente a traders profesionales y no tanto a “número de inversores”.
Impacto en la economía
Cada uno de estos mercados influye en la economía de forma distinta:
• Futuros: Ayudan a estabilizar precios y gestionar riesgos en sectores clave. Por ejemplo, cuando los granjeros usan contratos de futuros pueden asegurar hoy el precio al que venderán su cosecha de maíz o trigo dentro de unos meses . Esto reduce la incertidumbre (los ingresos del agricultor son más previsibles) y evita vaivenes dramáticos de precios en la cadena de suministro. En conjunto, los futuros proporcionan información de precios a futuro a todo el mercado y facilitan la planificación agrícola, energética e industrial.
• Acciones: Permiten que las empresas obtengan capital para crecer (a través de nuevas emisiones) y reflejan la salud económica. El mercado de valores transmite señales a inversionistas y consumidores. Por ejemplo, un mercado bursátil fuerte suele generar efecto riqueza (los consumidores se sienten más ricos) y financia proyectos empresariales. La Bolsa de Nueva York, al constituir ~60% del mercado global , es vital: su tamaño significa que una parte importante del ahorro mundial fluye allí. Cuando las empresas salen a bolsa o emiten nuevas acciones, obtienen fondos para expandirse o innovar, creando empleos. Asimismo, la caída generalizada de acciones puede indicar recesión, encarecer el crédito y enfriar la economía.
• ETFs: Han democratizado la inversión y aportan liquidez a los mercados. Al ofrecer a cualquier persona (incluso con poco capital) la posibilidad de invertir en índices globales o sectores específicos, los ETFs han expandido la base de inversores. Hoy millones de personas invierten en ETFs, lo que mueve enormes flujos de dinero hacia mercados financieros. Esta liquidez adicional facilita que incluso activos menos negociados puedan comprarse o venderse rápidamente. Además, al canalizar ahorros hacia carteras diversificadas, los ETFs tienden a reducir la volatilidad de largo plazo (pues más capital sigue los grandes índices). En resumen, el auge de los ETFs (con $15.5 billones gestionados globalmente ) ha permitido que el ahorro popular se vincule más directamente al desempeño de la economía global.
Recomendaciones prácticas para principiantes
• Empieza diversificando: Para alguien común que recién comienza, un ETF amplio suele ser la mejor opción. Invertir en un ETF que sigue un índice global (p.ej. MSCI World o S&P 500) es como comprar una caja surtida de acciones: tu dinero se reparte entre cientos o miles de empresas . Así, no dependes de una sola acción. Este enfoque reduce el riesgo inicial: incluso si unas pocas empresas bajan, el impacto en tu inversión total es pequeño. Como señalan expertos, “cuando inviertes en un ETF como principiante, el importe se reparte entre innumerables acciones… Por lo tanto, los ETFs son una oportunidad de inversión ideal para principiantes” .
• Aprende y planifica a largo plazo: Antes de lanzarte a futuros o acciones individuales, adquiere conocimientos básicos (gana experiencia con cuentas de práctica o con pequeñas inversiones). Una buena regla es pensar en plazos largos. Los mercados suben y bajan: según extraETF, incluso el ETF más global (como el MSCI World) puede caer hasta un 50% en una crisis económica , pero con un horizonte largo estas caídas tienden a recuperarse. Cuanto más largo sea tu horizonte de inversión, menor será el riesgo de no ganar dinero . Esto implica reinvertir dividendos, evitar vender en pánico y simplemente mantener tus inversiones años o décadas.
• Controla los riesgos: No inviertas dinero que puedas necesitar a corto plazo. Por ejemplo, los futuros implican apalancamiento y son muy riesgosos para principiantes. Para operar futuros necesitarías conocimientos especializados y manejo cuidadoso del margen; por ello suelen estar destinados a profesionales o empresas grandes. Para una persona común, es más prudente empezar con ETFs o acciones de baja volatilidad (grandes empresas estables) y mantener siempre una parte en efectivo o instrumentos seguros (por ejemplo, depósitos bancarios o bonos del Estado).
• Comisiones y plataformas: Elige un broker o plataforma confiable y de bajo costo. En la actualidad hay muchos brokers online que permiten operar fácilmente. Investiga los costos (comisiones de compra/venta, mantenimiento de cuenta) y la seguridad (regulación). Plataformas populares en España y Latinoamérica para invertir en acciones y ETFs incluyen eToro, DEGIRO, Interactive Brokers, XTB, Trade Republic o los brokers tradicionales de bancos (Santander, Renta 4, etc.). Para futuros, algunas plataformas conocidas son IG o eToro (que ofrecen contratos sobre índices y commodities) . En cualquier caso, busca reseñas, compara condiciones y, de entrada, opera con poco capital hasta familiarizarte con la plataforma.
Ejemplos de la vida real (y divertidos)
• Futuros agrarios: Imagina a María, una agricultora. En enero siembra maíz esperando cosechar en septiembre. Pero le preocupa que el precio del maíz baje en verano. María vende un contrato de futuros de maíz a su intermediario. Esto significa que acuerda venderle la cosecha en septiembre a 180 €/tonelada, sin importar el precio de mercado entonces. Si en septiembre el maíz está a 160 €, María habrá ganado evitando esa caída; si en cambio sube a 200 €, habrá dejado de ganar algo más, pero al menos ya tenía asegurada su cifra (¡evitó el riesgo de bajar!). Este tipo de cobertura es precisamente el uso original de los futuros . También hay especuladores (un corredor en Nueva York) que compra ese mismo futuro apostando a que en verano el maíz subirá de precio, para vender el contrato luego más caro y llevarse la diferencia.
• Acciones emblemáticas: Otro ejemplo clásico es invertir en tecnología: quien compró acciones de Apple en 1980 (cuando salió a bolsa a $22) tuvo enormes ganancias. De hecho, invertir $50 (unos 1,000 pesos) en Apple en 1980 hoy valdría 1.38 millones de pesos, un crecimiento del 138.200% . Esto ilustra que algunas acciones pueden multiplicar por mucho la inversión inicial. Sin embargo, recuerda que no todas las empresas tienen esa suerte; muchas tecnológicas pequeñas desaparecen y dejan el precio en cero.
• ETFs como canasta de frutas: Imagina que en vez de acciones compras una caja de frutas mixtas: manzanas, naranjas, plátanos, uvas, etc. Si las manzanas suben de precio, te beneficia tu manzana; si bajan, ese golpe se compensa con el valor de las otras frutas que no se han puesto tan baratas. Un ETF hace algo parecido con acciones. Como explica Andrea Ferrante de extraETF: “los ETFs ofrecen diversificación inmediata, ya que el capital invertido se distribuye en varias acciones o activos” . Es la forma ideal para un novato: diversificas (frutas variadas) en lugar de concentrarte en un solo fruto.
• Bolsa global y casos cotidianos: Para visualizar el impacto, piensa en grandes eventos: una gente común puede invertir en ETFs mundiales como fondo de jubilación, o en acciones de una empresa de tu país. Por ejemplo, muchos ahorran para la vejez comprando ETFs de renta fija o acciones de bancos. Cada vez que alguien deposita en un fondo o compra un ETF en su app, ese dinero se mueve en el mercado global. Además, hay fenómenos “virales” como los meme stocks (GameStop en 2021) donde inversores minoristas coordinados compraron acciones por redes sociales, haciendo subir los precios sorprendentemente; esto muestra que incluso pequeños inversores pueden influir, aunque la mayor parte del mercado la siguen moviendo los grandes fondos e índices.
¿Qué conviene más según tu perfil?
La mejor opción depende de tu tolerancia al riesgo, horizontes y objetivos personales:
• Perfil conservador: Prefiere seguridad. Para este tipo de inversor es más adecuado un ETF de bonos o acciones muy estables (baja volatilidad). Los futuros no son recomendables. En bolsa, se suelen preferir ETFs o acciones de empresas consolidadas con dividendos constantes. Según Finhabits, un inversor conservador buscará “minimizar riesgos y proteger su capital”, por lo que sus ETFs serán de renta fija o de bajo riesgo .
• Perfil moderado: Quiere equilibrio. Un inversor moderado puede mezclar ETFs de renta variable y de bonos. Por ejemplo, una cartera 50/50 de un ETF amplio de acciones (un mercado global) más un ETF de bonos soberanos. La idea es obtener crecimiento razonable sin exponerse a caídas muy fuertes. En este caso, conviene usar tanto acciones diversificadas (p.ej. un ETF S&P500) como ETFs de sectores menos volátiles. Finhabits indica que el moderado “equilibra crecimiento y estabilidad, invirtiendo en ETFs diversificados de acciones y bonos” .
• Perfil agresivo: Acepta mucha volatilidad por mayor retorno. Este inversor puede apostar por acciones individuales de crecimiento, sectores muy dinámicos (tecnología, biotecnología, mercados emergentes) o incluso futuros. Podría usar ETFs de sectores emergentes o tecnológicos (riesgo alto) . También, si tiene experiencia, puede especular con futuros de índices para amplificar sus ganancias. Pero cuidado: tanto en acciones como en futuros se necesita tiempo y conocimientos (no es cosa de principiantes).
En resumen, para una persona común poco experimentada suelen recomendarse ETFs amplios y de bajo costo (incluso creados para inversores pequeños). Los futuros quedan fuera de la mayoría de perfiles porque el apalancamiento exige mucha precaución. Las acciones funcionan bien para quienes quieren elegir su propia empresa favorita y entienden el negocio. Los ETFs, por su parte, sirven para casi todos los perfiles (ofrecen diversificación, según Finhabits “son la forma más fácil de invertir a largo plazo… diversificar y reducir el riesgo” ).
¿Dónde y cómo invertir? Plataformas populares
Actualmente existen muchas plataformas y brókers online para acceder a estos mercados. Algunas opciones populares incluyen:
• Para acciones y ETFs: Plataformas globales como Interactive Brokers, DEGIRO, eToro, XTB o Trade Republic permiten comprar acciones y ETFs de todo el mundo. Por ejemplo, Trade Republic da acceso a más de 1.500 ETF de diversos mercados con comisiones muy bajas . Otro broker novedoso, Lightyear, ofrece más de 250 ETFs sin comisiones por operación , facilitando invertir incluso con poco dinero. En España y Latinoamérica también existen corredores locales confiables (Renta 4, Self Bank, brokers de bancos), que dan acceso a la bolsa del país (por ejemplo IBEX 35 en España o mercados americanos). En general, para comprar acciones o ETFs sólo necesitas abrir una cuenta en alguno de estos brókers, depositar fondos y hacer la orden de compra.
• Para futuros: Se requiere un bróker con acceso a mercados de derivados (CME, Eurex, MEFF, etc.). Entre los más conocidos se encuentran IG, eToro (que además de acciones ofrece futuros de índices y commodities) , NinjaTrader (muy usado por traders de futuros en EE.UU.), o algunos bancos especializados. Por ejemplo, IG permite negociar futuros de índices (S&P500, Nasdaq, DAX), de divisas y de materias primas , con diferentes márgenes según el contrato. Para operar futuros generalmente se necesita firmar un acuerdo especial (debido al apalancamiento) y entender bien la plataforma.
• ¿Cómo invertir en España o LatAm? Además de los brókers internacionales, en España existe el MEFF (parte de BME) donde se negocian futuros del IBEX 35, EuroStoxx y tipos de interés; varios bancos españoles dan acceso (bbva Trader, Bankinter, Renta 4, etc.). En América Latina muchos utilizan brókers globales o locales (por ejemplo, eToro opera en México/Latam). En todos los casos, busca brókers regulados, con buenas reseñas y comisiones transparentes.
En resumen, hoy en día basta con un teléfono o PC y una cuenta de bróker para comprar acciones, ETFs o incluso futuros. Como ejemplos, Freedom24 es un bróker con cientos de miles de acciones y ETFs disponibles ; Trade Republic y Lightyear destacan por sus bajas comisiones y variedad de ETFs . Lo importante es elegir el bróker que mejor se adapte a tus necesidades (mercados ofertados, comisiones, facilidad de uso) y operar siempre con precaución.
Conclusión y descargo de responsabilidad
En este blog hemos visto que futuros, acciones y ETFs son instrumentos diferentes, con ventajas y riesgos propios. Los futuros permiten grandes ganancias (o pérdidas) mediante contratos a plazo ; las acciones dan propiedad directa de empresas y han generado fortunas (como vimos con Apple ) pero requieren análisis de cada compañía; los ETFs facilitan la inversión diversificada y barata , ideales para principiantes. No existe uno “mejor” universal: dependerá de tu perfil, tus objetivos y cuánta volatilidad estés dispuesto a tolerar .
Por último, recuerda siempre que todo tipo de inversión implica riesgos. Las rentabilidades pasadas no garantizan ganancias futuras. Si inviertes, hazlo con dinero que puedas asumir perder y considera asesorarte con profesionales. Operar con futuros o acciones individuales conlleva más riesgo que con fondos o ETFs. Por ello, muchos expertos recomiendan empezar con un plan diversificado y de largo plazo. Cada decisión de inversión la asumes tú, así que infórmate bien y evita decisiones impulsivas. ¡Éxito en tu camino inversor, siempre con responsabilidad!
Fuentes: Información recopilada de bancos e instituciones financieras, blogs especializados y medios económicos .




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